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Sátira política dirigida por el presentador cómico televisivo Jon Stewart y protagonizada por Ben Stiller, Chris Cooper (Adaption, el ladrón de orquídeas), Rose Byrne (Insidious, La boda de mi mejor amiga) y Mackenzie Davis (Terminator: Destino oscuro).
Los demócratas están conmocionados tras la victoria de Trump y buscan nuevos candidatos para renovar el partido. Un consultor político descubre en un pueblo de Wisconsin en declive a un granjero excoronel viudo que defiende a los emigrantes con buenos argumentos y le propone que se presente con ellos para convertirse en el alcalde de la localidad. Una colega republicana con la que está en continua rivalidad se encargará de llevar la campaña del otro candidato.
Es un cuento moral, una inteligente fábula sobre las trampas de la política y el negocio que suponen unas elecciones.
Aunque se trata de un lugar sin demasiada relevancia, el caso va convirtiéndose cada vez en más importante por sus posibles repercusiones a nivel nacional y provoca el interés general.
Ilustra perfectamente sobre los múltiples golpes bajo entre ambos bloques y la lucha por conseguir más fondos para así tener todas las variantes posibles bajo control.
Resulta muy interesante porque provoca una reflexión sobre la ética del proceso electoral y todo el dinero que se gasta para conseguir que un candidato consiga su puesto. De paso, también critica la actitud partidista y manipuladora de los medios de comunicación.
La película transcurre por momentos por caminos ya explorados por otros filmes pero, ¡atención! en el tramo final nos aguarda una sorpresa que dará otro sentido a todo el conjunto.
Vale la pena verla hasta el final porque incluye diversas escenas adicionales durante los créditos de los últimos minutos.
Suena en varias ocasiones el tema Still the same de Bob Seger.
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